Juana Asurdui Llanos
(Juana Azurduy de Padilla)
(1780 - 1862)

Nació en enero de 1780 en la ciudad de La Plata (hoy Sucre). Según consta en su acta de bautizo, recibió el sacramento el 26 de marzo de aquel año en la iglesia de San Pedro de Tarabuco. Otro importante dato que aporta el acta de bautismo tiene que ver con la forma correcta de escritura de su apellido, siendo escrito "Asurdui", que es de origen vasco. Fue hija de Isidro Asurdui y Juliana Llanos, contrajo nupcias con Manuel Ascencio Padilla en 1799 y tuvieron en total tres hijas y tres hijos. Asurdui era mestiza y de ascendencia “noble”, pues sus abuelos fueron Joseph de Asurdui y Otálora y Paula Valencia. El primero de origen español y la segunda una india noble, hija del cacique de Quila Quila de los Yamparáez (Torres, 2022).

La primera década del siglo XIX transcurrió cada vez más convulso, germinando un nuevo proceso de emancipación contra el dominio español. Asurdui, imbuida fuertemente en los valores de independencia y libertad —valores que su esposo Manuel Ascencio compartía—, inicialmente apoyó a su esposo para que participara en la revolución de Sucre (25 de mayo de 1809) y después en Cochabamba (14 de septiembre de 1810). La victoria en estas revueltas permitió que los patriotas depusieran a las autoridades españolas e instauraran un gobierno revolucionario. La arremetida colonial no tardó en suceder y las consecuencias impactaron en la familia Padilla-Asurdui, por ejemplo, con el apresamiento de Juana y sus cuatro hijos en 1811. Ante esto, por convicción propia, Juana toma la decisión de unirse activamente a la causa a partir de la republiqueta de La Laguna.

En 1812, la pareja Asurdui-Padilla se une al ejército patriota al mando del general Manuel Belgrano, logrando reclutar a 10 mil milicianos de los ayllus de la región. La guerrillera mestiza, al provenir de una familia dedicada a la actividad agrícola, con un fuerte sentido de pertenencia e identificación del campo y quechuahablante, sostenía estrechos lazos con los sectores indígenas de Chuquisaca. Esto le permitió desempeñar una destacada labor reclutadora. Para entonces, seguro impactaba (inspiraba) ver a una mujer montada a caballo, vestida de militar y muy diestra en el manejo del sable. En ese proceso, Juana Asurdui y Manuel Ascencio, organizan un escuadrón denominado "Los Leales" y un cuerpo de caballería femenino denominado "Las Amazonas", ambos integrados por mestizos e indígenas. Estas tropas posteriormente quedarán bajo la capitanía de Asurdui.

En 1813, "Los Leales" tuvieron una destacada participación en la batalla de Ayohuma, venciendo a los realistas con warakas (hondas) y lanzas. Tal fue la hazaña, que Belgrano le regaló su espada a Juana en reconocimiento de su mando y valentía, y la de sus tropas. Sin embargo, a pesar de esta victoria los realistas se impusieron y el bando patriota tuvo que replegarse temporalmente al sur del Alto Perú. En este contexto inicia la guerra de guerrillas, donde el conocimiento cabal que tenían Asurdui y Padilla del terreno será fundamental. Esto les permitió hostigar constantemente a las tropas realistas, logrando asestarles duros golpes y evitando su incursión sobre Buenos Aires.

Las condiciones eran cada vez más difíciles para los guerrilleros, frente a un ejército realista que se empecinó en darles muerte poniendo un precio a las cabezas de Padilla y Asurdui, diez mil pesos cada una. En busca de resguardo, junto a sus hijas e hijos y algunos pocos leales, Juana Asurdui se vio obligada a internarse en el valle de Segura, un espacio de selvas y pantanos, mientras Padilla continuaba en el frente. Sus hijas e hijos contrajeron malaria, muriendo primero los dos varones y después las dos niñas. A pesar de estas lamentables pérdidas, en 1814, Asurdui se une nuevamente a la guerrilla logrando victorias en las batallas de Badohondo y Carachimayu, pero sufriendo una amarga derrota en el Cerro de las Carretas, donde perdió a su más leal lugarteniente Juan Huallparrimachi.

Tras la derrota, la guerrilla se retiró al pueblo de Pitantora, lugar donde dio a luz a su quinta hija a la que nombraron Luisa. El asedio español no daba tregua, por lo que Asurdui salió del pueblo en busca de refugio. En el trayecto, su escolta liderada por Romualdo Loayza se vio tentada por el cargamento de monedas y objetos valiosos que transportaban. En vista del peligro, con su hija aferrada al cuerpo, la Amazona derribó a Romualdo de un sablazo en el cuello y amenazó al resto, espoloneó a su mula y atravesó el rio, logrando ponerse a salvo. A fin de evitar que Luisa corriera la misma suerte que sus hermanos, Asurdui y Padilla decidieron dejar a cargo de Anastasia Mamani, una comadre indígena, a la niña (O'Donnell, 1994).

El 3 de marzo de 1816, al comando de "Los Leales" y "Las Amazonas" Juana alcanzó la gloria tras no solamente vencer en la batalla de El Villar a las tropas españolas, sino arrebatarles “la presa de mayor estimación, que es la bandera reconquistadora de las ciudades de La Paz, Puno, Arequipa y el Cuzco (…) (Torres, 2016: 37). Ante la hazaña, bajo recomendación expresa del general Belgrano, el director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Juan Martín de Pueyrredón, condecoró a Juana Asurdui con el grado de "Teniente coronel de las Milicias Partidarias de los Decididos del Perú" en "justa compensación de los heroicos sacrificios" que la "virtuosa americana" prestaba en "obsequio de la libertad de la Patria", "gratitud y consideraciones" que también fueron extendidas "igualmente a las demás compatriotas que la acompañan", dando fiel testimonio de la amplia participación de las mujeres en la causa independentista (Torres, 2016: 38).

Meses más tarde, en septiembre, Juana sufrirá otra dolorosa pérdida, la de su marido. Al mando del resuelto Francisco Javier Aguilera el asedio español continuaba, entablándose batalla en La Laguna a favor de los realistas, producto de la traición de Mariano Ovando, que había enseñado una estratégica senda. La guerrilla, replegada en El Villar, entró nuevamente en batalla. Asurdui fue herida en la pierna y en el pecho, encontrando la muerte Padilla al intentar defender a su esposa. Aguilera decapitó al guerrillero, encajó la cabeza en una pica y la plantaron en la plaza de El Villar en señal de escarmiento. Meses después, junto a un grupo de leales, la Amazona tomó la plaza, rescató la cabeza de su esposo y le brindó los honores fúnebres en una iglesia. Tras esto, desconsolada, se repliega a Argentina donde es acogida por Martín Güemes, quien la incluyó en su ejército. Tiempo después el caudillo salteño también encontraría la muerte (O'Donnell, 1994 y Soux, 2016).

Consolidada la independencia de Bolivia, Juana retornó a su natal Sucre junto a su hija Luisa. Establecida en su casa recibió la sorpresiva visita de Simón Bolívar y otros patriotas. El Libertador le confirió el grado de Coronela y le concedió una pensión vitalicia mensual de 60 pesos, pensión que sólo fue pagada por el lapso de cinco años.

Un 25 de mayo de 1862 —aniversario del primer grito libertario de Sucre —, en su domicilio ubicado al frente del tambo Qoripata (hoy Calle España) en Sucre, Juana muere en soledad y pobre. Según el testimonio de su sobrino Bisnieto, Indalecio Sandi, las autoridades no le rindieron honores militares debido a los festejos. Después de la misa, la Coronela fue sepultada en una fosa común (O'Donnell, 1994).

Conmemorando el centenario del fallecimiento de Juana Asurdui, “se trasladaron sus restos mortales desde el Cementerio General hasta la Casa de la Libertad, donde actualmente descansan junto a los de su esposo Manuel Asencio Padilla, en una urna funeraria” (Torres, 2016: 76).

Bibliografía
Torres, N. (2016). Juana Asurdui de Padilla (1780-1862). La historia detrás de la leyenda.

O'Donnell, P. (1994). Juana Azurduy. La Teniente Coronela.

Soux, M. (2016). Más allá de la historia patria: las fronteras construidas y el proceso de independencia en Charcas. Travesía, Vol. 18, Nº 2, Julio-Diciembre 2016, pp. 35-51.

Personaje

RECURSOS MULTIMEDIA

O'Donnell, P. (1994). Juana Azurduy. La Teniente Coronela. En: https://pueblosoriginarios.com/textos/azurduy/azurduy.html

Soux, M. (2016). Más allá de la historia patria: las fronteras construidas y el proceso de independencia en Charcas. Travesía, Vol. 18, Nº 2, Julio-Diciembre 2016, pp. 35-51. Disponible en: http://www.scielo.org.ar/pdf/trav/v18n2/v18n2a04.pdf

Torres, N. (2016). Juana Asurdui de Padilla (1780-1862). La historia detrás de la leyenda. Disponible en: https://fundacion-rama.com/wp-content/uploads/2022/09/3976.-Juana-Asurdui-de-Padilla-1780-1862-%E2%80%A6-T.-I-Benjamin.pdf

Colimodio, R. (27 de mayo de 2022). Juana Azurduy: buscando la verdad histórica. Perfil. Disponible en: https://www.perfil.com/noticias/opinion/roberto-colimodio-juana-azurduy-buscando-la-verdad-historica.phtml