En la provincia de Chayanta, actual región del norte de Potosí, se desarrolló una de las sublevaciones de indios más importantes en la Audiencia de Charcas (actual territorio de Bolivia), y que formó parte de la gran rebelión de 1780-1782. Entre los varones se cuenta como principales líderes a los hermanos Katari —Tomás, Dámaso y Nicolás—, pero junto a ellos hubo una amplia participación femenina, mujeres que desde distintos roles desempeñaron un papel fundamental en el levantamiento.
Así, a pesar de que los datos son escasos, podemos mencionar a Tomasina Silvestre, Isidora Katari (tía de los hermanos Katari), Santusa la "Charaguaito", María Polonia Utupi y Francisca María Díaz (condenadas a cuatro años de prisión en La Plata), María Teresa Guanca (condenada a muerte junto a Tomasina e Isidora); y muchachas jóvenes ("mozas") que participaron en el asalto de Aullagas liderizadas por Tomasina. En el caso de las parejas (esposas) de los líderes varones podemos mencionar a Mathiasa, esposa de Dámaso y que fue apresada en Pocoata en abril de 1781 y a Mariana Agustina, esposa de Nicolás, "india al parecer de 42 años", que también fue presa. "Se supone, entonces, que si fueron apresadas, acusadas y juzgadas con sus maridos, estuvieron junto a ellos" (Arze, Cajías y Medinaceli, 1997), lo que demuestra su activo rol en la sublevación de Chayanta.
Gracias al trabajo de investigadoras, fundamentalmente, podemos conocer las acciones que ejecutaron Tomasina e Isidora. Veamos. Se cree que ambas nacieron en Macha, localidad de Potosí. En el caso de Tomasina, esta formó parte de los levantamientos de las localidades de Macha y Aullagas, fechándose el inicio de su actividad el 19 de enero de 1781, después de la muerte de Tomás. En aquella fecha los “indios de Chairipata, Lurucachi, y Guadalupe atacaron el asiento minero de Aullagas donde se había refugiado Álvarez Villarroel, considerado culpable de la muerte del líder Tomás Katari" (Arze, et al, 1997:88). Antes de la incursión, Nicolás ofreció un paquete de velas como premio a quienes actuaran con mayor valentía. Tomasina ganó ese premio, que según muchos era más valiente que cualquier hombre.
En febrero de 1781, según la confesión de la propia Tomasina y de su esposo estando presos, ella e Isidora encabezaron un grupo de mujeres para apresar a un grupo de indígenas traidores que se habían atrincherado en la iglesia de Macha, en especial a Pascual Chura, que era considerado como uno de los que traicionó a Tomás Katari. Chura se había escondido detrás del órgano de la iglesia, pero tuvo que salir ya que las mujeres amenazaron "con colgarlo de su propio órgano" (Arze, et al, 1997:88), si no se entregaba. Fuera de la iglesia, Chura fue apedreado por los varones —que se habían negado a ingresar a la iglesia por temor a la excomunión—, dándole Dámaso Katari el golpe definitivo que le causó la muerte.
Otro hecho importante sucedió el segundo domingo de cuaresma, en febrero de 1781, cuando un grupo de hombres y mujeres indígenas tomaron la iglesia del pueblo de San Pedro de Buenavista. Siguiendo con los relatos de la época una/unas mujer(es) habría(n) cometido acto de sacrilegio en la iglesia, no se mencionan los nombres. Sin embargo, en base a la sentencia que fue dada a Isidora se puede intuir que ella fue una de las protagonistas.
En base al mismo documento, lo que no queda en duda es el liderazgo que Isidora ejerció en la rebelión, al reconocerla los españoles como capitana. La sentencia decía: “Isidora Catari Flores, tía de los principales sublevados Cataris, por sediciosa capitana de las de su sexo y que negó la existencia al Santísimo Sacramento y profanó el sagrado diversas veces" (Arze, et al, 1997:90).
Con estas y otras acciones exitosas, la sublevación de Chayanta alcanzó grandes proporciones, derivando en el intento de tomar la ciudad de La Plata —sede de la Audiencia de Charcas—, a partir del 13 de febrero de 1781. Sin embargo, el ejército realista infligió una dura derrota a los rebeldes el 28 del mismo mes. Los enfrentamientos continuaron, pero el primero de abril del mismo año Dámaso fue capturado y posteriormente ejecutado, en mayo junto a su hermano Nicolás.
En el caso de las líderes indígenas, Tomasina e Isidora también fueron condenadas a muerte. Parte de la sentencia de la primera dice: “(…) y en la misma onoraria (sic) de muerte se condena a Tomasina Silvestre… antes de sacarle del suplicio se le corte el pelo, se le ponga una esclavina de bayeta negra a la cual se pondrá un rótulo que manifieste que por sacrílega y blasfema y demás delitos en que ha incurrido se le impone la pena ordinaria después de muerta se le cortará la lengua y se clavará en la horca, y para ellos será conducida en la forma expresada y con una mordaza en la boca hasta el lugar del suplicio, donde se la ahorcará hasta que naturalmente muera" [sic]. (Arze, et al, 1997:93).
Bibliografía
Arze, S., Cajías, M. y Medinaceli, X. (1997). Mujeres en Rebelión. La presencia femenina en las rebeliones de Charcas del siglo XVIII. La Paz: Ministerio de Desarrollo Humano. Cajías de la Vega, F. (2005). Oruro 1781: Sublevación de Indios y Rebelión Criolla. La Paz: IFEA.RECURSOS MULTIMEDIA
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