Isolina Morales Cavero, mujer de dos guerras
(1865 - 1967)

Autora: Carolina Adriana Gil Guerrero (Tarija)
Biografía ganadora del 1er Concurso Nacional de Ensayos Biográficos
"Mujeres en nuestra historia"


Febrero de 1879, Chile invade el Litoral boliviano, la guerra es inevitable, todo es sorpresa, preocupación o valentía. A una niña le toca por azares de la vida ayudar con lo que podía.

El 27 de febrero de 1879, hubo grandes manifestaciones en Tarija, de todo el pueblo contra Chile, por la invasión a Antofagasta. Los campesinos llegaban de todos los alrededores de la ciudad y de zonas alejadas para tomar noticias. (…) recuerdo que ayudé a mi tío Antonio a registrar los nombres de la gente que llegaba del campo para ir a la guerra (Morales Cavero, 1966, pág. 10).

Lo anterior refleja cómo Isolina Morales Cavero comienza a reavivar sus recuerdos; los recuerdos de una niña que, a sus trece años, le tocó afrontar y contribuir con una de las guerras más tristes de la historia nacional: la Guerra del Pacífico.

Pero, ¿quién es Isolina Morales Cavero?

Natural de San Lorenzo, Tarija, vio la luz del día el 20 de abril de 1865. Hija de la señora Natalia Cavero y del Cnel. Lino Morales de los Reyes, el mismo oficial que el 12 de noviembre de 1879 comandó las fuerzas bolivianas que derrotaron al ejército chileno en Canchas Blancas (Potosí).

La joven Isolina vivió la guerra desde San Lorenzo. Ella misma menciona que lo hizo como la encargada registrar los nombres de los hombres que conformarían el Escuadrón de Caballería Méndez, mismo que formaría parte de la Quinta División del Ejército boliviano, además de escribir la correspondencia de los soldados. Sobre esta situación, el Cnel. Ezequiel Apodaca, en su diario de campaña, anota y corrobora esta información:

2 de agosto (1879). - Llegaron muchas encomiendas y cartas, la recomendación a los soldados es que fuera de decir estamos bien, de ninguna manera indiquen qué estamos haciendo y para mayor seguridad establecí una comisión de Visa de doce personas para que lean las cartas. Las cartas que llegan de Tarija, son escritas por la bondadosa hija del coronel Morales, doña Isolina, para todos los que no saben escribir y se dirigen a sus padres, hermanos e hijos que están en la División (Apodaca, 2017, págs. 21, 22).

Hacemos notorio que, en este ensayo biográfico, no nos detendremos a estudiar los recuerdos escritos por Isolina Morales en su totalidad, ya que abarcan 16 páginas con valiosos y esclarecedores datos sobre la Guerra del Pacífico; haremos énfasis en la información que necesitamos en esta oportunidad en el siguiente subtítulo.

Canchas Blancas, la batalla que recupera Isolina Morales. - Nos ponemos en contexto: una vez que la División al mando del Gral. Campero decide la marcha hacia Tomave, al mismo tiempo ordena que las tropas del batallón Ayacucho, Méndez, parte de Tarija, todos al mando del Cnel. Lino Morales, marchen hacia Canchas Blancas (Potosí), donde se presumía que estaban los chilenos.

Lo que anotaremos a continuación, tal vez sea lo más importante de lo que menciona Isolina Morales en sus memorias, en definitiva, lo que expone sobre lo ocurrido antes, durante y después de la batalla de Canchas Blancas no se menciona en ningún texto conocido, además del diario del coronel Apodaca, por supuesto.

Al rememorar Isolina Morales sobre el hecho bélico dice: Las patrullas que fueron el día 1 de noviembre hacia el desierto, hacia Calchas Blancas [en realidad Canchas Blancas], regresaron el mismo 4 de noviembre dando nuevas que el Ejército Chileno venía hacia Potosí. Otras patrullas escalonadas enviadas por mi padre el coronel Morales, estuvieron rastreando junto con los indios de la región, los movimientos de los chilenos, y por consejo de los indios, los bolivianos que marcharon en el Ayacucho, Escuadrón Méndez y otras tropas esperaron en una especie de hondonada, en cuyo fondo había una cocha de agua. Así fue, decía Eulogio Vaca, y otros excombatientes de ese acto, llegaron al anochecer en la suma de unos 1300 hombres. Mi padre que era el jefe de las fuerzas bolivianas, los esperó bien disimulado, decía el coronel Apodaca, y dice así su memoria, y cuando menos pensó el enemigo abrió fuego contra ellos [el 12 de noviembre de 1879], desbaratándolos. Los chilenos perdieron en esa batalla de las cercanías de Canchas Blancas, unos 800 hombres y el resto de su Ejército murió en la retirada a sus bases (Morales Cavero, 1966, pág. 14).

La Guerra del Chaco y su ocaso. Viviendo en la ciudad de Tarija, Morales contrae nupcias con Isidoro Pantoja y fruto de ese amor nacen Humberto en 1895, y Alicia en 1897.

Isolina Morales tomó como oficio la actividad comercial, situación que fue de mucha ayuda, pues con las ganancias y mercaderías sirvió una vez más a su país, ya que iniciada la guerra del Chaco primero, desde 1932 alojó en su casa ubicada en “el manzano que comprende las calles 15 abril, Delgadillo, Virginio Lema y Méndez” (Durán, 2014) a los oficiales bolivianos que estaban de paso rumbo al Chaco; segundo, contribuyente activa y voluntaria en los diferentes hospitales de la ciudad de Tarija. Singular vida de una mujer que le tocó no sólo ser testigo, sino que asistió a su Ejército a su patria en dos guerras.

Sus restos descansan en el Cementerio General de Tarija desde el 18 de febrero de 1967, día en que dio su último suspiro en este mundo. ¿Quién como ella? Isolina Morales, mujer de dos Guerras.

Bibliografía
Apodaca, E. (2017). Memoria del Cnel. Ezequiel Apodaca, Potosi - Cotagaita - Camino a Canchas Blancas 1879 - 1880 (Segunda ed.). La Paz: Ministerio de Defensa de Bolivia.

Durán, C. (2014). Familias de mi tierra y sus solares. Tarija: OFFSET Continental.

Morales Cavero, I. (1966). Tarija y la guerra del Pacifico. Tarija.

Personaje

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