Autora: Brenda Villalba Sánchez (Cochabamba)
Biografía Ganadora – I Concurso Nacional de Ensayos Biográficos "Mujeres en Nuestra Historia"
“Hago cine porque encuentro que es el medio más poderoso de comunicación de las mayorías de mi país, porque el cine construye conciencia de la realidad y rescata momentos importantes de nuestro pasado histórico, que son necesarios para ampliar nuestra reflexión social”
Beatriz Palacios, en Aimaretti, 2017:15
Fue una de las figuras más completas y representativas del cine político no sólo en Bolivia, sino también en Latinoamérica. Su labor, comprometida con su militancia, permitió el acercamiento a los sectores populares, tomándolos en cuenta como el público principal y generando su participación. Su obra y su vida abarcan más que una proyección filmográfica. La presencia de Beatriz Palacios ayudó a establecer y a conducir a uno de los grupos más importantes del séptimo arte boliviano, impulsando también la participación de las mujeres dentro de un mundo dominado por hombres.
Nacida en Oruro en 1952, Beatriz se trasladó a Cuba en 1963, a la temprana edad de 18 años. Allí conoció a Jorge Sanjinés, mientras ella se desempeñaba como presidente de la Asociación de Bolivianos Residentes en La Habana, después de haber servido en el ejército y trabajado en campañas de alfabetización. Como presidente de la Asociación, Palacios estaba familiarizada con el Grupo Ukamau y sus obras, y se encargaba de su distribución en toda Cuba. Sin embargo, no fue hasta 1975-1977, con su participación en la película "El enemigo principal", que tuvo su primera experiencia en el mundo del audiovisual.
Más tarde, Palacios se casó con Sanjinés y juntos dirigieron al Grupo Ukamau, aunque posteriormente la historia la dejará detrás de la sombra de su marido. "La pareja estableció una relación simbiótica, en la que ella se ocupaba de la mayoría de las tareas pesadas, repetitivas y monótonas, aunque imprescindibles para llevar adelante la gestión del grupo; mientras él se dedicaba principalmente a tareas creativas" (Seguí, 2020:44).
Beatriz fue directora de cine, guionista, productora e investigadora de historias, aunque su participación dentro del Grupo Ukamau fue más allá de lo que esas categorías podrían definir. Esta mujer fuerte, valiente y con convicciones claras permitió sentar bases dentro del grupo cinematográfico, y en poco tiempo se convertiría en la pieza fundamental para su funcionamiento.
"Palacios aportó a Ukamau coherencia y radicalidad en la alineación con las luchas subalternas del continente. La claridad y compromiso de Palacios afectaba no sólo a los aspectos temáticos y a los modos de producción. Según su visión, el cine político como proceso debía ser alimentado en todas sus fases, muy especialmente en su faceta de arma de concientización" (Seguí, 2020: 42).
Su compromiso se notaba en los roles que desempeñaba dentro de Ukamau, en su pensamiento político y en el trabajo con los sectores populares y la clase obrera. Este entramado fue puesto a prueba en 1981, cuando un abogado perteneciente al MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario), previno al matrimonio sobre la existencia de una lista negra donde, además de ellos dos, se encontraba el nombre de Luis Espinal. Palacios y Sanjinés salieron del país. Sin embargo, en Lima los detuvieron. Sanjinés logró escabullirse, en cambio Palacios quedó presa, ya que salvaguardaba el material para la película “Las banderas del amanecer”. Gracias a la intervención de la cineasta Nora de Izcue y otros colegas peruanos, Palacios consiguió la libertad. Sanjinés y Palacios volvieron a Bolivia, pasando a pie por la frontera.
Desde la producción, aspectos creativos, la organización, administración y gestión del grupo, la vida de Beatriz estaba totalmente enlazada al grupo Ukamau, aunque en su larga carrera se contemplarán otros logros, como integrante del núcleo inicial de jóvenes que funda el Movimiento de Nuevo Cine y Video Boliviano (MNCVB) en 1984. También fue miembro de jurados internacionales y del Consejo Superior de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano.
Fue a través de Beatriz Palacios que se pudieron generar lazos de colaboración no sólo con los cineastas cubanos, sino con buena parte de los cineastas latinoamericanos, y con importantes organizaciones sociales dentro del país: la Central Obrera Boliviana (COB), la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Asamblea Permanente de Derechos Humanos y la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas, Bartolina Sisa, entre otros.
Palacios se encontró siempre más concentrada en el trabajo de Ukamau. De esa manera, les dedicaba poco tiempo a sus proyectos personales. Así fue hasta el año 2003, año en el que empezaría a desarrollar uno de sus proyectos propios más ambiciosos, el cual contaba con la financiación del Consejo Nacional de Cine (CONACINE). Sin embargo, antes de empezar el rodaje cayó enferma por su artritis crónica, y fue finalmente el 20 de julio de 2003 que Beatriz murió. Con el dinero que se dispuso, se realizó la primera película digital del grupo: “Los hijos del último jardín”.
“La ausencia de Palacios se sentía en todos los niveles, pues en su figura se habían centralizado los roles operativos del proyecto Ukamau: era la última responsable de administración, comunicación, finanzas y contabilidad, recursos humanos, producción, además de ser imprescindible en investigación y consultora de todos los procesos creativos. Su especialización en el ´servicio a la creatividad´ la había convertido en indispensable para la vida de Ukamau” (Seguí, 2020:46).
Beatriz vio en el cine su lugar de resistencia hasta el día de su muerte. “El compromiso político de Palacios había comenzado mucho antes de conocer a Sanjinés y su encuentro con él representó la oportunidad de vincular su vida con su lucha” (Seguí, 2021).
Bibliografía
Aimaretti, M. (2017). El aporte de las videastas documentalistas a la escena boliviana en el retorno democrático: sensibilidades, prácticas y discursos. J. Campo. Cine Documental 16; 5-2017; 1-27. Seguí, I. (2020). Las mujeres del Grupo Ukamau: dentro y fuera de la pantalla. Secuencias, (49-50), 33–56. Seguí, I. (2021). Beatriz Palacios: Ukamau’s Cornerstone (1974–2003). Latin American Perspectives.
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