Simona Josefa Manzaneda
(1770 - 1827)

Nació en Mecapaca - La Paz (De la Torre, 1977). Su madre, Josefa Manzaneda, se dedicaba al cultivo de legumbres, hortalizas y algunas especies de frutas, las cuales comercializaba en un puesto en el mercado “La Recova”, en el barrio de Santa Bárbara (Fernández, 2015:20); actividad que permitió financiar los estudios de su hija. Simona fue reconocida por dedicarse al oficio de costurar prendas conocidas en la época como “jubones”; motivo por el cual también se la conocía como “La Jubonera”. Después de la revolución de Túpac Amaru II, en 1870, las autoridades establecieron una especie de “código” de vestimenta para las mujeres mestizas y cholas, compuesto de jubón, manta, sombrero y botines. Esta determinación, junto a su reconocido trabajo, permitieron incrementar la fortuna familiar, tanto que Simona perteneció al grupo de las denominadas “indígenas exitosas”. La leyenda recuerda a Simona Manzaneda como una chola lujosamente vestida (Mendoza, 2014:10).

Simona tuvo una activa participación en la gesta libertaria paceña, destacando cual guerrera experta en medio de campaña militar e incomparable auxiliar para revolucionarios. Por entonces, no se podía concebir que una mujer de pollera desempeñara rol tan importante, condición que fue hábilmente aprovechada. Es así que “La Jubonera” pasaba desapercibida, transportando con facilidad los mensajes de los confabuladores patriotas, mismos que escondía al interior de las presillas de su pollera. Los mensajes llegaban incluso hasta dentro de los cuarteles, donde Simona ingresaba haciéndose pasar como vendedora ambulante, lo que permitía también contar la cantidad de soldados.  Además, Simona contactaba casas de jefes y cabecillas, brindaba hospedaje a los revolucionarios, organizaba reuniones y se dice que estableció un sistema de donación de joyas en pro de la causa libertaria (De la Torre, 1977).

El 16 de julio de 1810, Simona encabezó una de las “montoneras organizadas” por artesanos hojalateros desde el barrio de Santa Bárbara, burlando hábilmente las pesquisas del general realista José Manuel de Goyeneche. Años más tarde, el 26 de septiembre de 1814, participó en una nueva toma de la ciudad de La Paz, que aproximó al movimiento patriota a la victoria.

Sin embargo, en 1816, fue capturada y entregada a manos del coronel realista y gobernador de La Paz, Mariano Ricafort, quien antes de condenarla, la ofendió de la manera más indigna: rapó sus cabellos, la montó sobre un asno y la paró desnuda, posteriormente, fue llevada a la Plaza Mayor (Plaza Murillo) para ser azotada en cada esquina, recibiendo 50 azotes en cada una de ellas, lo que desprendió pedazos de piel de su cuerpo. Finalmente, fue baleada, pero no murió.

Simona Manzaneda, una revolucionaria comprometida con la causa libertaria, dio su último aliento en 1827 (De la Torre, 1977), viendo el amanecer de una patria libre.

Bibliografía
De la Torre, A. (1977). Mujeres en la Independencia. La Paz: Ultima Hora. pp. 128 – 136.

Fernandez, M. (2015). Prendedores Topos y Mujeres. La Paz: MUSEF.

Mendoza, D. y Sihgl, E. (2014). Las cholas de Chuquiago. La Paz: MUSEF. pp. 10.

Wexler, B. Las Mujeres Paceñas: Una aproximación a su participación en el ejército revolucionario del Siglo XIX.

Personaje

RECURSOS MULTIMEDIA

Fernandez, M. (2015). Prendedores Topos y Mujeres. La Paz: MUSEF. Disponible en: http://www.musef.org.bo/catalogos/Prendedores_topos_y_mujeres.pdf

Wexler, B. Las Mujeres Paceñas: Una aproximación a su participación en el ejército revolucionario del Siglo XIX. Disponible en: https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.10271/pr.10271.pdf