Martha Mendoza Loza
(1907 - 1988)

“Es el grito del corazón que no puede ser neutral al ver al que padece, al que se humilla o al que se explota, especialmente cuando su estado es susceptible de remediarse”

Martha Mendoza

Duran y Seoane, 1997

Profesora, feminista y antisufragista, debido a su desconfianza frente a la clase política y el sistema democrático de entonces. Nació en Llallagua, Potosí, el 11 de noviembre de 1907. Hija de Matilde Loza y Jaime Mendoza (médico poeta, músico, escritor y geopolítico boliviano), hija adoptiva de Natividad Mendoza (hermana de su padre), quien le inculcaría el amor por las letras (Dubravcic, 2014).

Durante su niñez realizó estudios de primaria en Las Educandas (hoy Santa Ana) y en el Liceo de Señoritas de la ciudad de Sucre (Molina, 2018). En 1923, iniciaría su formación como maestra de primaria en la escuela Normal de Señoritas de la misma ciudad; ejerciendo posteriormente la profesión y la dirección en unidades educativas de la ciudad de La Paz y trasladándose, posteriormente, a Villamontes donde fundaría escuelas primarias.

Resultado de su actividad docente iniciaría su trayectoria como dirigente sindical en el magisterio, defendiendo el profesorado —en particular a las de su género— del poder del gobierno, así como, del desprecio de algunos militares. “Está dado a los imbéciles juzgar a las personas por el traje (…) Contemplad los frutos del militarismo y preguntaos si es obra de valientes asesinar, robar, incendiar”, sostuvo Mendoza (Durán, 1997:176).

Además, Martha tenía un apego especial a su tierra y a su gente, destacándose en la lucha por la niñez, la mujer, los ancianos e indígenas desamparados y discriminados. Huelgas, manifestaciones y sus escritos evidenciarían la tenacidad con la que defendía sus convicciones. Precisamente, durante la década de 1930, empezó a desenvolverse como periodista, marcando presencia por medio de sus campañas y manifestaciones realizadas en radio, medio que se constituiría en su trinchera, desde donde denunció las injusticias y el abuso de poder.

Este apronte le acarrearía muchos conflictos y críticas, siendo acusada de “tradicionalista, terrorista y conflictiva”, a lo que ella respondió vehementemente: “Es verdad que soy conservadora en muchos órdenes, pero esto es cuando veo que lo nuevo es peor que lo viejo (…) Si hay la convicción de que el orden existente no es el mejor fuerza es atacar, apostrofar, chocar, vulnerar (…) Es el grito del corazón que no puede ser neutral al ver al que padece, al que se humilla o al que se explota, especialmente cuando su estado es susceptible de remediarse (…)” [sic] (Durán, 1997:175).

Otra muestra del enfrentamiento contra el gobierno se suscitó un 15 de mayo de 1931, fecha en la que ordenaron el allanamiento de su casa, oportunidad en la sustrajeron un folleto comunista de procedencia argentina. En su interrogatorio Martha con firmeza sostuvo: “Yo quisiera saber cual es mi delito señor ministro. Si delito es pensar, opinar, y optar libremente. Si delito es cumplir el alto deber de solidaridad humana abogando por los caídos. Mi camino ya está trazado y no echaré pie atrás (…) ni bajo la amenaza de los peores suplicios (…)” (Durán, 1997:177).

El inicio del conflicto del chaco con Paraguay (1932-1935) marcó otro frente de lucha para Martha, declarándose pacifista, criticando la ineficiencia del gobierno, de la clase política y develando la solapada discriminación racial al sostener que: “las filas de los simples soldados están hechas para contener sólo a los indios, a los cholos (…) Es menester protestar, porque las horas de mayor peligro, los eternos vividores y los parásitos a guisa de patriotas se pongan a explotar las situaciones álgidas” (Durán, 1997:181).

Su extensa y prolífica trayectoria periodística le dieron cabida en diversos periódicos, como: La República, El Tiempo, La Razón, Última Hora, El Diario (La Paz); La Prensa, La Industria, La Capital, El País, La Tribuna (Sucre), La Prensa, Rebeldías, Alas, Sumac Orcko, Revolución (Potosí) (Blanco, 2012).

Por su parte, su labor educativa le permitió ocupar cargos jerárquicos de diversa índole, como el de inspectora en la Inspección General de Educación Profesional Femenina (1952), sub directora Nacional de Educación Técnica Femenina (1955) y de directora (1959), subdirectora del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (1956), donde también asumiría el cargo de directora (1966) (Molina, 2018).

Además, recibió varias condecoraciones en el área educativa y cultural, entre ellas: el primer premio del concurso convocado por la Sociedad Protectora de la Infancia y el Ateneo Femenino de La Paz (1932); la Condecoración de la Orden del Mérito a la Educación (1987) y el grado de Oficial en la Gran Orden Boliviana de la Educación (1988).

Esta mujer excepcional dio su último aliento el 14 de agosto de 1988. En su memoria, hasta el día de hoy varios centros de formación llevan su nombre en la ciudad de Potosí.

Bibliografía
Duran, F.; Seoane, A. (1997). El complejo mundo de la mujer durante la Guerra del Chaco. La Paz: Ministerio de Desarrollo Humano.

Molina, G. (2018). Martha Mendoza: maestra luchadora. Homenaje y Efemérides Revista Fuentes | Vol. 12, N. 57 | AGOSTO 2018.

Blanco, E. (2012). Martha Mendoza Loza. Diccionario Cultural Boliviano.

Dubravcic, A. (2014). Rostro de mujer en la Guerra del Chaco. Guerra del Chaco.

Personaje

RECURSOS MULTIMEDIA

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El Potosí. (11/10/22). Mujeres sureñas que hicieron historia. Disponible en: https://elpotosi.net/cultura/20221011_mujeres-surenas-que-hicieron-historia.html